El 6 de julio se celebra el 25º día internacional de las Cooperativas, bajo el lema: COOPS X UN TRABAJO DIGNO.
Este hecho anima a poner de manifiesto, entre otras cosas, todo lo que hacen las cooperativas para mantener y propiciar la creación de un trabajo digno y lo que desde sus orígenes vienen realizando como empresas sociales y que se encuadra perfectamente dentro de lo que actualmente conocemos como RSC.
Las Cooperativas son empresas centradas en las personas, se caracterizan por el control democrático de sus miembros y por dar prioridad al desarrollo humano y a la justicia social. El séptimo principio cooperativo, el de interés por la comunidad, que se proclamó en la declaración de Manchester de 1995, es una prueba inequívoca del sentido de responsabilidad social que impregna la identidad cooperativa. La ACI (Alianza Cooperativa Internacional) se refiere a los valores éticos que deben impregnar el cooperativismo y que se traducen mediante conductas con los trabajadores, con los socios, con los clientes, con la comunidad más próxima y con la sociedad en general.
¿Qué es una Cooperativa?
Una Cooperativa es una sociedad de capital variable que dispone de una estructura y gestión democrática constituida por personas, que se asocian de forma voluntaria para realizar actividades empresariales que satisfagan sus necesidades económicas y sociales, y conforme a los principios cooperativos formulados por la ACI (Alianza Cooperativa Internacional).
Desde sus orígenes, hace más de cien años, las cooperativas han estado fundamentadas en principios y valores que son su identidad, y las diferencian de otras formas de empresa.
Principios Cooperativos
Cambio de Rumbo en el Sistema Económico: Hacia el Modelo de la Economías Social de las Empresas Cooperativas
La aparición de nuevas formas de entender la economía y las empresas, principalmente tras la última crisis económica, como son la bioeconomía, la economía circular, la economía del bien común, la banca ética etc. pone de manifiesto la necesidad existente en la sociedad de un cambio de rumbo en el sistema económico-financiero y empresarial predominante.
Se demanda un modelo de empresa más transparente y democrática, más integrada en su entorno, respetuosa con el medio ambiente y que tenga en cuenta a las personas por encima del capital. Todo ello puede resumirse en el concepto de Responsabilidad Social de la Empresa o Responsabilidad Social Corporativa.
La RSC es una realidad que cobra una especial relevancia en nuestros días y las empresas y organizaciones tienen un papel fundamental a la hora de contribuir a la solución de los problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad actual y futura, así como a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Dentro de la actividad empresarial los objetivos económicos, sociales y medioambientales no sólo no son antagónicos, sino que pueden ser perfectamente compatibles y complementarios.
Todas las empresas realizan las actividades económicas para las que se crearon y están sometidas en su ejercicio a regulaciones legales que les son exigibles, pero además podemos afirmar que todas ellas, en mayor o menor medida, generan unos impactos económicos, sociales y medioambientales que, a la postre y de forma interconectada, afectan a las personas y por ello la sociedad les demanda unos comportamientos éticos con sus grupos de interés y una preocupación por el entorno en el que se ubican, de tal forma que la empresa sea capaz de devolver a la sociedad parte de lo que esta le entrega para el desarrollo de sus actividades.
Por eso la empresa es responsable de aplicar fórmulas para integrar:
- Los efectos de sus impactos sociales y medioambientales de manera admisible,
- Los efectos de sus impactos socio-económicos de manera equitativa y
- Los efectos de sus impactos medioambientales y económicos de forma viable.
Llegados a este punto estamos en posición de afirmar que no hay empresa más socialmente responsable que la constituida bajo el modelo de economía social que desarrollan las cooperativas; que no sólo se integran en su entorno si no que nacen de él, que no sólo son respetuosas con el medio ambiente si no que lo mantienen por ser la base de su medio de vida, y que no sólo tienen en cuenta a las personas por encima del capital económico sino que cuidan de que las personas que las integran sean su mayor capital:
- A los trabajadores, además de prestarles la formación adecuada, se les debe facilitar medidas de flexibilidad laboral, conciliación familiar, igualdad de oportunidades, empoderamiento y valoración personal.
- En las relaciones con los socios debe primar la transparencia informativa, la calidad en los servicios, la participación en la toma de decisiones, la consideración social y la formación.
- A los clientes se les ofrecen productos de contrastada calidad y seguridad alimentaria a unos precios justos y sin competencia desleal, no siendo justo ni ético que por abaratar costes se adquieran productos elaborados por personas en condiciones de casi explotación.
- Con la comunidad del entorno, además de la creación de puestos de trabajo, hay que colaborar en proyectos y acciones sociales que redunden en unas mejores condiciones de habitabilidad.
- Por último, la sociedad en general debe beneficiarse con la generación de riqueza que produce la cooperativa, pero con garantías de que sus actuaciones sean respetuosas con el medio ambiente, no malgastando los recursos naturales y gestionando los residuos contaminantes.
Las cooperativas realizan sus actividades en base a los principios cooperativos anteriormente definidos y respetando los siguientes valores que guían su actividad diaria con todos sus grupos de interés:
Esos principios y valores de las cooperativas, su ADN, y la integración de sus efectos en los ámbitos económico, social y medioambiental, que hasta hace muy poco tiempo se consideraban utópicos y alejados del mundo empresarial, son los que ahora y cada vez más está demandando nuestra sociedad. Se exige una responsabilidad social a las empresas que sea real, objetiva y medible.
Asignatura Pendiente
Las cooperativas tienen pues hecho lo más difícil que es ser real y objetivamente responsables, no tienen que hacer más esfuerzo en estos campos que ser coherente con sus principios y con sus valores.
Pero por el contrario siguen teniendo pendiente la tarea de identificar y medir su responsabilidad social, así como el hacerla visible para sus grupos de interés. No es que sin ello no se tenga nada, pero en nuestra actual sociedad, globalizada e interconectada, lo que no se mide y lo que no se conoce no tiene ni el valor ni el reconocimiento que debería tener.
El reto, pues, que en este ámbito deben afrontar las cooperativas es divulgar, comunicar y dar a conocer a sus grupos de interés la importante dimensión que tienen en el mundo de la responsabilidad social, para obtener el reconocimiento público que se merecen.
Sobre el Día Internacional de las Cooperativas
El Día Internacional de las Cooperativas de las Naciones Unidas se celebra anualmente el primer sábado de julio.
El objetivo de esta celebración es aumentar el conocimiento de las cooperativas. En este acontecimiento se destacan las contribuciones del movimiento cooperativo respecto a la resolución de los principales problemas que abordan las Naciones Unidas y al fortalecimiento y ampliación de las alianzas entre el movimiento cooperativo internacional y otros actores.
El 16 de diciembre de 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una resolución en la que se proclamó el primer sábado de julio de 1995 como el Día Internacional de las Cooperativas, y que marca el centenario de la fundación de la Alianza Cooperativa Internacional. Así pues, la celebración de este año será tanto la 25.ª edición del Día Internacional de las Cooperativas de las Naciones Unidas como la 97.ª edición del Día Internacional de las Cooperativas.
Alberto Sandonís, Responsable de Formación – Estrategias y RSE en URCACYL